martes, 20 de diciembre de 2016

Cuando los derechos entran por la puerta...el amor sale por la ventana

Las relaciones entre las personas deben estar basadas en el amor, la fraternidad y la solidaridad. Independientemente de la relación de que se trate (afectiva, de amistad o del tipo que sea), las mismas deben residir en la confianza y el respeto mutuo entre seres iguales. La sociedad actual ha olvidado estos valores esenciales que posibilitan y hacen posible la vida entre seres humanos y ello ha llevado a una deformación de la realidad misma hasta límites desorbitados. Por ello, sostenemos que cuando en una relación entre dos personas se empiezan a hacer referencia a los derechos de uno u otro y, por tanto, a la justicia, se está acabando con su propia esencia. Cuando se produce alguna disputa, discusión o enfrentamiento, la primera opción debería el diálogo entre ambos. Como ya señalaría Wolff,

Prudencia, ciencia y filosofía políticas

Al aproximarnos a la política observamos que hay tres formas básicas para llevarlo a cabo, a saber, la prudencia, la ciencia y la filosofía.

La primera parte de que la política es un saber práctico orientado a la vida en común. En este sentido, aunque el ser humano es un ser eminentemente social, es decir, que se relaciona con sus iguales por naturaleza, de ahí no puede seguirse que la sociedad sea algo natural. Muy al contrario, la sociedad es algo artificial, creado por el hombre. Por lo tanto, será capital en este ámbito la experiencia, pues es la única forma que tenemos para actuar correctamente en este ámbito. En este punto, es interesante la distinción que reflejó Aristóteles. Según este autor, hay que diferenciar ente la teoría, es decir, el conocimiento sobre realidades que no dependen del hombre y práctica, que supone tratar de descubrir aquellas realidades contingentes, dependientes de la acción del ser humano (Derecho, política o moral). En este último tipo se enmarca la sociedad, pues como se ha señalado es algo creado. Además, dentro de esta última podemos, a su vez, diferenciar entre acción, cuya virtud es la prudencia (phrónesis) y la producción, que se identifica con la técnica (tecné).