sábado, 28 de diciembre de 2019

Algunas reflexiones acerca de la función de la docencia


Lo cierto es que soy consciente de lo atrevido que resulta tratar un tema de este calibre. En primer lugar, porque se trata de una temática compleja per se, ya que existen opiniones para todos los gustos y no es una cuestión objetiva. Además, a ello se suma mi escasa experiencia en este ámbito, pues me encuentro en mi segundo año como docente universitario. Igualmente, la situación política, social y económica actual agrava, más si cabe, este hecho. En España –aunque puede predicarse de otros muchos países– estamos acudiendo a una peligrosa e irreversible deshumanización e insensibilidad generalizada. Asimismo, nuestra clase política, lejos de evitar este fenómeno, contribuye decisivamente con su nefasta organización y gestión de los asuntos públicos. En este sentido, las noticias se encuentran plagadas de titulares que denuncian la gran corrupción existente y la ausencia de pactos entre nuestros dirigentes, que parece conducirnos, de nuevo, a otras elecciones. Quizás por este motivo la ciudadanía ha optado por los extremos y, partidos que unos años atrás no hubieran tenido cabida en nuestro sistema, gozan de tanta popularidad.
Dejando al margen este tipo de disquisiciones, me gustaría plasmar mi particular y sesgada visión de la docencia y de la función que ha de tener.